Los ojos, gracias a ellos percibimos el mundo que nos rodea y podemos adaptarnos fácilmente a el. Podemos ver como se acerca un peligro y evitarlo o simplemente relajar la vista en un bello rostro y disfrutar. Escribo estas líneas después de las prácticas en la Universidad de Alicante, en la facultad de ciencias. El pasado viernes 25 los alumnos de 2º de bachillerato de la rama de ciencias fuimos a realizar una serie de clases prácticas relacionadas con las asignaturas de física y química.
Yo realicé dos prácticas correspondientes a la asignatura de física. Una consistía en los espectros de luz de una luz blanca. Esta posee todas las frecuencias visibles y por ello se puede difractar en varios colores mediante una red de difracción. Los colores que percibimos son determinados por las longitudes de onda de la luz. Os dejo un vídeo que lo explica. Difracción de la luz
La otra práctica trataba de los problemas de visión que posee el ojo humano, como afectan los tipos de lentes a la visión y de como enfoca este las imágenes. Para ello utilizamos una serie de instrumentos y lentes para calcular la potencia que tenía una lente y de la distancia idónea a la que debe estar un objeto para poder enfocarse bien.
Las prácticas fueron muy interesantes pero me hicieron pensar mucho, y reflexionar sobre como el cerebro asimila la información que le aportan los sentidos, y la facilidad con la que estos le pueden engañar. El hecho de mirar una imagen iluminada durante un periodo de tiempo fijamente puede provocar que al apartar la mirada de esta, sigas viéndolo, o que quizá veas otra cosa. Un ejemplo muy claro de esto es este sencillo efecto óptico que te hará ver algo que no está. Efecto óptico
Si lo habéis hecho bien habréis podido ver la supuesta cara de Jesucristo después de parpadear. De hecho, es posible que la estés viendo en estos momentos mientras intentas leer esto. La razón de esta «anomalía» es que el ojo se acostumbra y se acomoda a lo que está viendo en un fuerte contraste y al tener que volver a enfocar lo sigue teniendo «grabado».
El ojo es un órgano maravilloso, nos permite ver y admirar el mundo y no lo valoramos. Son muchas las personas con problemas de visión o ceguera, así que os animo a valorar todo lo que tenemos porque somos unos afortunados.
El cerebro humano se sirve de los sentidos para adaptarse pero.. ¿Y si le engañan? En la siguiente noticia os enseñaré a engañar a vuestro cerebro a través del tacto 😉
