Dicen que nada es para siempre…

Dicen que nada es para siempre y que todo llega a su fin, puede que para que llegue algo mejor y diferente o, simplemente, porque tiene que ser así. El tiempo vuela y no espera a nadie, nunca se ha detenido y nunca se detendrá. Por ello es algo valioso, más que cualquier cosa, pues el tiempo está lleno de experiencias, recuerdos, risas, llantos, nervios, y a fin de cuentas, de momentos. En este caso se trata de un tiempo de quince años que se han agotado, que no volverán, que han pasado. Suena duro, pero muchos de nosotros dejaremos de vernos. Porque se nos abren nuevas puertas y no para todos serán las mismas, nuevos caminos totalmente diferentes que nos esperan y que nos separan. Puertas y caminos puestos ahí exclusivamente para cada uno de nosotros.

Hacerse a la idea no está siendo fácil, es más, creo que ninguno o muy pocos se la han hecho ya. Soy de las primeras que sigue teniendo la sensación de que en Septiembre estará entrando de nuevo por la conocidísima puerta de portería y dirigiéndose a la Iglesia para que le digan su nueva clase. Subiendo con su tutor y haciendo las tan dudosas fichas en las que muchas veces dejamos huecos en blanco porque no sabemos algún dato. Que sigue pensando que todavía le queda todo un curso por delante con sus amigos, compañeros y profesores, muchos recreos que disfrutar, muchos actos a los que asistir, pero no. Señores esto se acaba.

Si alguien preguntara alguna vez que resumiera todo lo que he llegado a sentir en estos quince años, supongo que no sabría qué responderle. Tal vez le diría que ha sido una experiencia única, tal vez le respondería que ha sido algo irrepetible. No lo sé, sinceramente no lo sé. Lo que sí sé, es que siempre me quedaría corta, siempre me faltaría alguna anécdota que recordar, algún momento que es imposible de borrar y que sencillamente, no volverá a pasar.

Parece una broma, algo que realmente no podía suceder, algo que, parecía tan sumamente lejano. Hemos forjado lazos que continuarán, que se romperán o que ya se rompieron, pero independientemente de eso añoraremos todo, desde aquella persona a la que le cogimos manía por quitarnos nuestro muñeco, hasta aquel amigo que nos tendió la mano siempre que lo necesitábamos. No somos un grupo de compañeros, somos mucho más que eso.

Sí, definitivamente el tiempo corre mucho más rápido que nosotros, pero si una cosa he aprendido en lo poco de años que llevo, es que la vida da millones de vueltas colocando ordenadamente todas las cosas en su sitio. Y ese momento en el que nos volvamos a ver recordaremos todo aquello que fuimos, soñamos, vivimos y que parecía guardado en un cajón. Así que esto no es un hasta siempre, es sencillamente un hasta pronto.

Andrea L.E.

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2 comentarios sobre «Dicen que nada es para siempre…»

  1. Gran texto, hace 2 años a mi también me tocó escribir algo parecido, también me tocó decir adiós a aquel gran lugar al que consideraba mi casa. Mucho ánimo en la recta final a los próximos que dirán adiós y deciros que aunque parece duro al principio. Ese futuro incierto que os espera llegará cargado de nuevas experiencias, nuevas personas y nuevas oportunidades. No tiréis la toalla, ni os pongáis triste por la despedida. Siempre podréis volver, aunque ya no sea vuestro colegio. Porque de alguna forma alguna parte de vosotros al igual que alguna parte de mi pertenecerá para siempre en ese lugar.

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