Seguramente todavía no sepas en qué mundo vivimos. No, no me refiero a política u otros sentidos, sino a nivel cuántico. Desde el descubrimiento de ese mundo tan pequeño los científicos dividieron la realidad en dos: mundo clásico y mundo cuántico. Hoy día sabemos que la realidad en toda su totalidad es únicamente cuántica, lo que ocurre es que los fenómenos a nuestra escala no se pueden apreciar, pero existen.
Aunque quizás sí podamos hacerlo… Os presento, el experimento de la doble rendija.
Antes de nada, dejaré toda la jerga técnica de lado y os resumiré el experimento con una serie de objetos: una máquina del azar (la cual tiene un 50% de probabilidades de colocar la partícula en una de las dos cajas), dos cajas (una roja y otra azul) y una pantalla donde chocarán y quedarán marcadas las partículas que lleguen a ella.
Bien, empecemos. Activamos la máquina y colocamos la partícula en una de las dos cajas al azar, posteriormente abrimos la caja roja, no vemos nada en la pantalla, la cerramos, abrimos la azul y aparece un punto. Si repetimos este proceso múltiples veces obtendremos una agrupación de puntos, cada agrupación frente a una respectiva caja. Porque claro, la partícula tiene más probabilidades de chocar con la zona en frente de la caja, que de hacerlo en otro lugar. Como hemos abierto solo una de las cajas en cada ocasión sabemos con certeza qué puntos son de la caja roja y cuales son de la caja azul. Obteniendo una imagen parecida a esta.
Hasta aquí todo normal, pero vamos a buscarle defectos. Repitamos el experimento pero esta vez abriendo las dos cajas a la vez. Activamos la máquina del azar, poniendo la partícula en una de las dos cajas, entonces abrimos las dos cajas a la vez y aparece una marca en la pantalla. Repetimos múltiples veces, y lo que obtenemos es esto.
Aquí es donde la cuántica nos dice lo poco que sabemos sobre ella. El patrón del primer experimento no ha salido en el segundo, generando controversias entre los experimentos.
Pero salgamos de dudas, introducimos un nuevo objeto, un medidor, que nos indica que ahí está la partícula y lo colocamos justo al lado de cada caja, lo que nos dirá de qué caja salió cada una. Realizamos el experimento numero dos con los medidores y tras comprobarlo, ¡obtenemos el primer patrón!
Ahora ya habré acabado con tu paciencia, pero fíjate en que está pasando. Solo cuando no sabemos dónde está la partícula es cuando sale el patrón del experimento número dos. Esto hace plantearse muchas preguntas, algunas con respuesta y otras que todavía no. Como, ¿Acaso la partícula está en las dos cajas? ¿Por qué el hecho de saber dónde está, modifica lo que ocurre posteriormente? ¿Cómo de importante es el observador en el experimento? Como veis, muchas preguntas para pocas respuestas, y a día de hoy todavía no hay respuestas. Enigmas de la cuántica.
