Kepler-452b

El ser humano siempre ha sido un ser curioso, un ser con ganas y necesidad de saber, de conocer, de romper límites, de llegar más allá. Y ha sido esta cualidad la que nos ha llevado a ser todo cuanto somos y todo cuanto sabemos, pero más allá de donde alcanza la vista, más allá del horizonte se encuentra un inmenso universo, que la astronomía se ha propuesto descubrir y conocer.

¿Cuantas veces hemos visto, oído o leído historias en las cuales la humanidad supera el cielo para adentrarse en el espacio profundo? Son cuantiosas las veces que se ha hablado de la necesidad de encontrar un nuevo planeta habitable para la humanidad, de explorar el infinito espacio y descubrir, pero cada vez que se alguien mencionaba la necesidad de encontrar un nuevo hábitat para la humanidad nos topábamos con cientos de teorías sobre la improbabilidad de la existencia de un lugar con todos los requisitos necesarios para la vida.

Y es que para la existencia de vida en un planeta necesitamos, según la ciencia unas determinadas y exclusivas condiciones y factores:

Existen primeramente un conjunto de factores astro físicos, como la distancia del planeta a su estrella, su masa o su rotación, que influyen en la existencia de vida. Si un planeta cumple estos requerimientos decimos que está en la zona habitable del sistema. La zona habitable es un área circular que rodea a la estrella. Estos datos no comprenden únicamente a los existentes en la Tierra, sino que, por ejemplo, la masa puede ser de entre 0,6 y 10 veces la de la Tierra.

Seguidamente el planeta tiene que contener trazas de los elementos químicos básicos (nitrógeno, carbono, hidrógeno, oxígeno y fósforo). Si un planeta se encuentra demasiado cerca del sol los compuestos gaseosos, oxígeno, nitrógeno, carbono e hidrógeno podrían volatilizar y desaparecer de él.

La conjunción de ambas categorías de requerimientos producirá unas condiciones geológicas y climáticas que se consideran óptimas para que la vida se desarrolle, como la formación de la atmósfera. Algunos compuestos orgánicos, aminoácidos simples, se han hallado en meteoritos llegados a la tierra. Confirmando la hipótesis de que puede surgir compuestos orgánicos en condiciones de “no vida” y que la organización de estos primeros compuestos orgánicos diese pie a la complejidad de la vida posterior.

Además de las consideraciones del propio planeta hay que tener en cuenta otros miembros del sistema. En un principio se realizaron los cálculos para encontrar hipotéticos planetas que giran alrededor de una estrella G2, del mismo tipo que el Sol. Estudios recientes parecen indicar que la vida podría formarse también alrededor de estrellas enanas rojas o incluso de sistemas binarios. Además la presencia de planetas gigantes más alejados de la zona de habitabilidad podrían ayudar a protegerlos planetas óptimos de cuerpos exteriores como meteoritos o cometas además de ayudar a estabilizar la órbita del planeta y por consiguiente moderar su clima.

Tal vez parezcan pocas condiciones o pocos factores, pero no es la cantidad lo que supone la complejidad, es la leve posibilidad de encontrar un planeta que cumpla con todas y cada una de estas condiciones y factores lo que supone una verdadera dificultad.

La Agencia Espacial de Estados Unidos, NASA, anunció este mes de julio el descubrimiento de un exoplaneta que es considerado el «primo más cercano a la Tierra».

Se trata de Kepler-452b y es el primer exoplaneta con un tamaño similar a la Tierra -sólo 60% más grande- y está ubicado en una zona habitable de una estrella muy similar a nuestro Sol.

¿Pero qué es un exoplaneta?

Muy sencillo, un exoplaneta o planeta extrasolar es el nombre que se le asignan a planetas que orbitan entorno a estrellas distintas del Sol. Desde la primera detección confirmada de un exoplaneta, en 1995, ya se han descubierto 1935 más. Esta cifra se disparó en el año 2014 como resultado de la misión Kepler, de la NASA: el 26 de febrero de ese año, la NASA anunció  el descubrimiento de 715 nuevos exoplanetas, gracias a dicha misión.

¿Qué hace a Kepler-452b un planeta especial?

– Se encuentra en la zona habitable de su estrella. La zona habitable de una estrella corresponde a un área con forma de anillo, alrededor de cada estrella.Esta área define la zona donde se podrían encontrar planetas con agua líquida en su superficie, lo que facilitaría la presencia de vida. La zona habitable se define por varios factores, como distancia a la estrella, según su tamaño y radiación, y es por eso que para cada estrella es diferente. En nuestro sistema solar, Venus, la Tierra, y Marte se ubican en la zona habitable. Como ven, que un planeta esté en la zona habitable no significa inmediatamente que tenga agua, o vida.

– Órbita en una estrella muy similar al Sol. La estrella en torno a la cual órbita Kepler 452b es de tipo G2, al igual que el Sol. Esto quiere decir que son de tamaño, masa y temperatura muy similares.

– Su órbita dura 385 días, solo un 5% más que la nuestra. Además, se encuentra un 5% más lejos de su estrella que nosotros del Sol. Esto quiere decir que, si pudiésemos visitar este exoplaneta, nos sentiríamos un poco como en casa: las condiciones lumínicas serían muy similares, e incluso las plantas podrían realizar fotosíntesis sin problemas.

– Su diámetro es un 60% mayor al nuestro. Debido a esto, se dice que es una ‘súper-Tierra’. Probablemente el exoplaneta sea también mucho más masivo que la Tierra, lo que significa que tiene una mayor fuerza de gravedad: en Kepler 452b pesaríamos alrededor del doble de lo que pesamos en nuestro planeta.

– El sistema es 1.500 millones de años más viejo que el nuestro. Esto podría significar que Kepler 452b es un planeta como nuestra Tierra, pero muchísimo más viejo. El exoplaneta podría ya estar pasando por procesos como un efecto invernadero acelerado, que ocurrirán en la Tierra en varios millones de años más, cuando el Sol comience a expandirse.

– Por donde se ubica, es altamente probable que sea un planeta rocoso, como el nuestro. Debido a las mediciones realizadas y a comparaciones con otros exoplanetas descubiertos, lo más probable es que Kepler 452b tenga una superficie rocosa como la de la Tierra.

¿Y qué supone el descubrimiento de un planeta tan peculiar como Kepler-452b?

Por ahora, pensar en visitar Kepler452b es prácticamente imposible: el sistema de encuentra a 1.400 años luz de distancia; es decir, viajando a la velocidad de New Horizons, nos tomaría casi 26 millones de años en llegar.

Sin embargo, estudiar este exoplaneta puede ser muy interesante para nuestro futuro. Al orbitar en torno a una estrella mucho más vieja que el Sol, esta puede estar entrando ya en etapas de aumento de temperatura propias de la evolución de las estrellas de este tipo. Si esto es así, Kepler 452b podría estar viviendo un efecto invernadero acelerado, lo que podría generar la evaporación de sus océanos.452b_system_comparison

Descubrir cómo ha evolucionado Kepler 452b y su estrella nos permiten tener una visión como nunca antes de lo que podría ocurrir con la Tierra en el futuro. Estudiar un planeta tan similar al nuestro puede llevarnos a nuevas reflexiones sobre nuestro propio hogar.

Además, por supuesto, siempre se mantiene la posibilidad de que pueda existir vida en Kepler 452b, o que pueda haber existido en el pasado, lo cual siempre es una pregunta emocionante.

 

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