Futuro sin pasión.

 

¿Realmente somos lo suficientemente maduros con 14/15 años para elegir qué camino queremos coger? Quizá el concepto no es madurez, la pregunta correcta sería: ¿Tenemos la suficiente experiencia y conocemos las suficientes cosas para saber qué nos gustaría tanto como para dedicar el resto de nuestra vida a eso? Al terminar tercero de la ESO, tenemos que elegir una rama relacionada con lo que queremos ser de mayores, ciencias o letras, y normalmente se puede tener una idea de lo que nos gusta a cada uno, pero siempre hay posibilidad de equivocación, es más, pocos tienen la suerte de acertar. Hay bastantes casos de gente que elige una rama y cuando se da cuenta de que no le gusta ya es tarde, tendría que repetir un curso (que no es mucho comparado a las consecuencias que traería seguir con dicha rama), u otra opción es arriesgarse a seguir con otra rama a pesar de no llevar el nivel suficiente.

A la hora de elegir una carrera que determina tu vida la gran mayoría de la gente carece de información y de experiencia, es decir, el ambiente y las cosas que conocemos nos determinan nuestros gustos y por supuesto, nuestra elección, pero nos faltan muchas cosas que conocer que quizá podrían gustarnos más. El sistema educativo no ayuda, pues la gran mayoría de las asignaturas son teoría pura y dura. Al no contar con apenas práctica nos perdemos muchas cosas que vamos conociendo conforme crecemos, pero en muchos casos cuando se encuentran ya es tarde. Carecemos de familiaridad con aspectos reales de la vida. Somos conscientes de que contamos con tiempo limitado para elegir pues nos quieren pronto haciendo algo en el mercado laboral y sobretodo algo que sea práctico.También, en ciertas ocasiones nos limitan diciendo que no podemos hacer esto porque no encontraremos salidas o porque no es gran cosa. Entonces ¿Cuál sería la solución?

En mi opinión, la educación debería estar ambientada y conducida a un sistema práctico para que realmente nos ayude a conocer cosas, gente, situaciones… Cada año deberíamos hacer un proyecto de fin de curso, ayudándonos del verdadero ambiente de cada tema, como ir de voluntarios a un hospital o dar una clase los propios alumnos para tener más experiencia a la hora de elegir. También falta mucho apoyo por parte de los de arriba que en vez de ayudar nos limitan diciendo que somos la generación perdida, de la que sólo saldría gente vaga, y a pesar de que en muchos casos es mentira (incluso más de los que se suele creer), también hay gente que ya por falta de interés o de ayuda, se rinde. Pero como en todas las generaciones también hay talentos verdaderamente buenos y algunos que por culpa de un sistema como tal, se pierden.

Por eso, la solución está en nosotros, en intentar arreglarlo y en ser escuchados para que podamos conseguir un sistema justo en el que realmente nos ayuden a encontrar lo que queremos ser.

 

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