Imperfecta perfección

“Souad es una joven musulmana que se quedó embarazada. El padre del niño huyó, y ella fue condenada por sus padres a ser quemada viva. Es una de las pocas supervivientes a esta horrible tradición. Souad cuenta como vio a su madre ahogar a un bebé con la almohada inmediatamente después del parto, cuando se dio cuenta que era una niña. Pero también cuenta como su hermana adolescente fue estrangulada con la cuerda del teléfono por su propio hermano. ¿Cuál habría sido su crimen? ¿Hablar por teléfono? ¿O tal vez mirar a un hombre a los ojos o hablar con un desconocido?”

Hay algo mal equilibrado. No sé quién se encargará de ajustar la balanza pero por lo visto no lo está haciendo del todo bien. Puede que sea una tarea difícil para una sola persona. Quizá es un asunto que necesita de todos para que salga adelante, es algo complejo. No es accionar un simple mecanismo, es saber ejecutarlo bien. Hay que encontrar el equilibrio perfecto para hallar la justicia, la paz, la igualdad.

“Hoy, a las 6 de la tarde, está previsto que el estado de Florida ejecute a mi hermano, Thomas Provenzano, a pesar de que hay pruebas claras de que tiene una enfermedad mental… Me pregunto, ¿dónde queda la justicia si se mata a un ser humano enfermo?”. Hermana de un preso en el corredor de la muerte. Junio de 2000.”

“Dios me lo está poniendo muy difícil. Me dio esta piel blanca en un cuerpo de negro. Nací bajo la estrella de la mala suerte. Un joven negro albino de 20 años fue recogido por un pastor al nacer que sabía que si no lo hacía sería asesinado. ”

Pero en nuestro mundo no existe una balanza perfecta. Nuestra realidad es bien distinta. Somos humanos y tenemos nuestras virtudes y nuestros vicios. La injusticia es humana y aunque esa balanza esté equilibrada por el más justo de los seres, acabaremos desajustando y desbaratando todo. Es así y seguirá siéndolo aunque no queramos.

“No tengo más ropa que la de mi trabajo: algunos pantalones y una chaqueta rota…Arrastro las vagonetas bajo tierra a lo largo de media legua, ida y vuelta. Las arrastro durante once horas diarias con la ayuda de una cadena atada a mi cintura. Las heridas que tengo en la cabeza me las he hecho descargando vagonetas. Los hombres del equipo al que estoy atado trabajan desnudos, salvo el casco en la cabeza. Algunas veces cuando no soy rápido, me golpean.»

En el mundo ocurren constantemente injusticias. Las hay de todo tipo y dirigidas a todo tipo de personas, de bebés a ancianos, de chinos a negros. Nadie se puede escapar.

Aunque no lo creamos podemos hacer grandes obras para erradicar poco a poco la injusticia en la que estamos viviendo día tras día. Nunca conseguiremos llegar a equilibrar la balanza pero podremos acercarnos lo máximo posible.

Las personas no somos perfectas ni tampoco debemos pretender serlo. La perfección es una de las mayores utopías de la humanidad. Teniendo esto en cuenta sí que podemos tratar de hacer que en nuestro periodo corto e imperfecto de vida seamos lo más humanos posibles.

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